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8 consejos para que nuestros hijos sean más autónomos

Desde pequeños, es importante que los niños realicen, de manera independiente, la mayor cantidad de actividades que puedan ellos solos y que no conlleven peligro, como vestirse y desvestirse, cuidar de sus pertenencias, los hábitos de higiene, usar los cubiertos correctamente al comer o relacionarse con los demás. Pedir las cosas por favor, saber esperar su turno, escuchar y saludar a los conocidos también forma parte de su educación. 

El aprendizaje de la autonomía en la infancia depende de dos factores principalmente: el ritmo madurativo del niño, ya que no todos los niños se desarrollan al mismo tiempo ni de la misma manera, y la educación que reciba de sus padres. Este último aspecto sí podemos trabajarlo, y al final será el que resulte determinante. Conseguir que nuestros hijos tengan autonomía será importante no sólo para su aprendizaje o educación, sino también para su vida en general. En este proceso, los padres deben ser un apoyo y una guía, para que los niños se sientan seguros y aprendan a tomar decisiones. 

A continuación, nuestras recomendaciones para fomentar la autonomía en los niños

1. Evita acelerar el ritmo en el desarrollo de la autonomía. 

No hace falta que lo hagan todo ellos solos lo antes posible, debemos asegurarnos de que los niños ya tienen la madurez adecuada para realizar las tareas que les pedimos.  

2. Asigna tareas concretas y crea rutinas. 

Empezaremos enseñándoles las tareas sencillas de la vida cotidiana, como hacer la cama, cepillarse los dientes, ducharse o encargarse solos de los deberes, y, poco a poco, iremos reduciendo nuestra ayuda a medida que los niños ya no la necesiten. 

3. Evita hacerlo todo por los niños. 

Los padres sobre protectores no dejan a sus hijos intentar las tareas para las cuales ya están preparados, dejándoles sin margen para equivocarse o aprender de sus propios errores. 

3. Alimenta su autoconfianza. 

Les recordaremos que son especiales e inteligentes, que poseen talento y que con esfuerzo son capaces de cumplir sus objetivos. Les animaremos a explorar y a avanzar. Pero tampoco caeremos en el error de permitirles y aplaudirles todo. 

4. Establece límites y normas. 

Serán necesarios para que adquieran la seguridad que requiere actuar de forma autónoma. 

5. Proporciona los medios para realizar sus tareas. 

Por ejemplo, para que puedan cumplir con sus deberes, tendrán una silla y mesa adecuadas, lápices, libros, etc. Y se encargarán de su cuidado y de darles un buen uso.  

6. Acompaña y apoya a los niños. 

El refuerzo positivo cuando tengan éxito será clave para continuar evolucionando sus capacidades. 

7. Valora el esfuerzo de los niños. 

Cuando los niños cometan errores, les enseñaremos que de los errores también se aprende y a tolerar la frustración. 

8. Respeta su independencia. 

Cuando los menores sean capaces de hacer muchas cosas por su cuenta, querrán probar nuevos desafíos. En este punto, los padres debemos ser hábiles para permitirles desarrollar su autonomía. Si creemos que quieren realizar alguna actividad que consideramos peligrosa, hablaremos con ellos, ofreciéndoles alternativas atractivas. Así, tus hijos se sentirán seguros de tomar sus decisiones mientras cuentan con el apoyo y la orientación de sus padres. 

La autonomía de los niños, clave en su éxito académico 

Seguro que conocéis alguna familia que se queja de que su hijo o hija no sabe hacer los deberes solo. No es capaz de llevar una agenda, no recuerda sus deberes o no sabe cuándo tienen examen. ¿Cómo evitarlo? Nuevamente, enseñándoles a ser autónomos. 

Es natural que cuando empiezan a ser sus primeras tareas, los niños necesiten ayuda, sobre todo para organizarse, estar sentados y concentrarse. Pero esa ayuda con el tiempo debe ser más puntual y con mayor distancia. 

Debemos tener claro que las tareas académicas de nuestros hijos son su responsabilidad, no la nuestra. Ayudarles en algún momento no significa sentarse con ellos a hacer los deberes. Lo ideal es que estemos cerca por si nos necesitan, pero deben tener claro que los deberes son su trabajo, no el nuestro. Tenemos que darles su espacio para que puedan asumir su responsabilidad.  

Así estaremos desarrollando su autonomía con apego seguro, para que los niños sepan que pueden cumplir con su trabajo, aunque no están solos si necesitan ayuda. Si, por el contrario, nuestra ayuda se convierte en un hábito, llegará un momento en que no sabrán hacer sus tareas sin nosotros. 

¿Cómo podemos ayudarles a que sean autónomos en los estudios? 

En primer lugar, es fundamental enseñarles a organizarse. Planificar las tareas y gestionar el tiempo es el primer paso para que sepan que pueden realizarlas. En este horario incluiremos responsabilidades personales, tareas de casa, tareas escolares y extraescolares, juegos y hobbies, y tiempo en familia.  

Después les ayudaremos a cumplir con el planning elaborado, no ocupando el tiempo con planes familiares o tareas diversas no previstas, sobre todo al principio. Es importante que los niños adquieran el hábito de cumplir con sus responsabilidades.  

También les haremos ver las ventajas y la satisfacción que supone el trabajo bien hecho y también las consecuencias que tiene no hacerlo. No se trata de castigar, sino de enseñar a ser responsable.  

Si nos piden ayuda, se la brindaremos, aunque sin hacer el trabajo por ellos. Y si consiguen sus objetivos, les reforzaremos de forma positiva. El refuerzo favorece la seguridad emocional del niño y su autoestima, permitiendo que siga cumpliendo con sus tareas y se siga esforzando. 

El objetivo es conseguir que nuestros hijos sean personas autónomas, responsables e independientes, además de felices.

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8 consejos para que nuestros hijos sean más autónomos

Desde pequeños, es importante que los niños realicen, de manera independiente, la mayor cantidad de actividades que puedan ellos solos y que no conlleven peligro, como vestirse y desvestirse, cuidar de sus pertenencias, los hábitos de higiene, usar los cubiertos correctamente al comer o relacionarse con los demás. Pedir las cosas por favor, saber esperar su turno, escuchar y saludar a los conocidos también forma parte de su educación. 

El aprendizaje de la autonomía en la infancia depende de dos factores principalmente: el ritmo madurativo del niño, ya que no todos los niños se desarrollan al mismo tiempo ni de la misma manera, y la educación que reciba de sus padres. Este último aspecto sí podemos trabajarlo, y al final será el que resulte determinante. Conseguir que nuestros hijos tengan autonomía será importante no sólo para su aprendizaje o educación, sino también para su vida en general. En este proceso, los padres deben ser un apoyo y una guía, para que los niños se sientan seguros y aprendan a tomar decisiones. 

A continuación, nuestras recomendaciones para fomentar la autonomía en los niños

1. Evita acelerar el ritmo en el desarrollo de la autonomía. 

No hace falta que lo hagan todo ellos solos lo antes posible, debemos asegurarnos de que los niños ya tienen la madurez adecuada para realizar las tareas que les pedimos.  

2. Asigna tareas concretas y crea rutinas. 

Empezaremos enseñándoles las tareas sencillas de la vida cotidiana, como hacer la cama, cepillarse los dientes, ducharse o encargarse solos de los deberes, y, poco a poco, iremos reduciendo nuestra ayuda a medida que los niños ya no la necesiten. 

3. Evita hacerlo todo por los niños. 

Los padres sobre protectores no dejan a sus hijos intentar las tareas para las cuales ya están preparados, dejándoles sin margen para equivocarse o aprender de sus propios errores. 

3. Alimenta su autoconfianza. 

Les recordaremos que son especiales e inteligentes, que poseen talento y que con esfuerzo son capaces de cumplir sus objetivos. Les animaremos a explorar y a avanzar. Pero tampoco caeremos en el error de permitirles y aplaudirles todo. 

4. Establece límites y normas. 

Serán necesarios para que adquieran la seguridad que requiere actuar de forma autónoma. 

5. Proporciona los medios para realizar sus tareas. 

Por ejemplo, para que puedan cumplir con sus deberes, tendrán una silla y mesa adecuadas, lápices, libros, etc. Y se encargarán de su cuidado y de darles un buen uso.  

6. Acompaña y apoya a los niños. 

El refuerzo positivo cuando tengan éxito será clave para continuar evolucionando sus capacidades. 

7. Valora el esfuerzo de los niños. 

Cuando los niños cometan errores, les enseñaremos que de los errores también se aprende y a tolerar la frustración. 

8. Respeta su independencia. 

Cuando los menores sean capaces de hacer muchas cosas por su cuenta, querrán probar nuevos desafíos. En este punto, los padres debemos ser hábiles para permitirles desarrollar su autonomía. Si creemos que quieren realizar alguna actividad que consideramos peligrosa, hablaremos con ellos, ofreciéndoles alternativas atractivas. Así, tus hijos se sentirán seguros de tomar sus decisiones mientras cuentan con el apoyo y la orientación de sus padres. 

La autonomía de los niños, clave en su éxito académico 

Seguro que conocéis alguna familia que se queja de que su hijo o hija no sabe hacer los deberes solo. No es capaz de llevar una agenda, no recuerda sus deberes o no sabe cuándo tienen examen. ¿Cómo evitarlo? Nuevamente, enseñándoles a ser autónomos. 

Es natural que cuando empiezan a ser sus primeras tareas, los niños necesiten ayuda, sobre todo para organizarse, estar sentados y concentrarse. Pero esa ayuda con el tiempo debe ser más puntual y con mayor distancia. 

Debemos tener claro que las tareas académicas de nuestros hijos son su responsabilidad, no la nuestra. Ayudarles en algún momento no significa sentarse con ellos a hacer los deberes. Lo ideal es que estemos cerca por si nos necesitan, pero deben tener claro que los deberes son su trabajo, no el nuestro. Tenemos que darles su espacio para que puedan asumir su responsabilidad.  

Así estaremos desarrollando su autonomía con apego seguro, para que los niños sepan que pueden cumplir con su trabajo, aunque no están solos si necesitan ayuda. Si, por el contrario, nuestra ayuda se convierte en un hábito, llegará un momento en que no sabrán hacer sus tareas sin nosotros. 

¿Cómo podemos ayudarles a que sean autónomos en los estudios? 

En primer lugar, es fundamental enseñarles a organizarse. Planificar las tareas y gestionar el tiempo es el primer paso para que sepan que pueden realizarlas. En este horario incluiremos responsabilidades personales, tareas de casa, tareas escolares y extraescolares, juegos y hobbies, y tiempo en familia.  

Después les ayudaremos a cumplir con el planning elaborado, no ocupando el tiempo con planes familiares o tareas diversas no previstas, sobre todo al principio. Es importante que los niños adquieran el hábito de cumplir con sus responsabilidades.  

También les haremos ver las ventajas y la satisfacción que supone el trabajo bien hecho y también las consecuencias que tiene no hacerlo. No se trata de castigar, sino de enseñar a ser responsable.  

Si nos piden ayuda, se la brindaremos, aunque sin hacer el trabajo por ellos. Y si consiguen sus objetivos, les reforzaremos de forma positiva. El refuerzo favorece la seguridad emocional del niño y su autoestima, permitiendo que siga cumpliendo con sus tareas y se siga esforzando. 

El objetivo es conseguir que nuestros hijos sean personas autónomas, responsables e independientes, además de felices.