La semana pasada volvimos a insistir en nuestra idea de que Helen Doron English es mucho más que un centro de enseñanza de inglés, en un post en el que analizábamos algunos contenidos del curso para adolescentes Teen Express. En este artículo queremos continuar hablando de una de las características «innatas» de todos nuestros cursos y que se sale del aprendizaje puramente lingüística. Y es que en todos nuestros cursos intentamos, como ejes transversales, enseñar y practicar hábitos saludables a los niños y adolescentes.

El primer hábito saludable es el ejercicio físico. En una sociedad sedentaria, en el que pasamos horas y horas sentados (y los niños no son una excepción), realizar un mínimo de movimiento es una necesidad diaria. Está claro que a los pequeños les encanta moverse, descubrir lo que tienen alrededor y jugar corriendo, saltando y bailando. En nuestros cursos aprovechamos esta circunstancia y enseñamos todo de tres formas distintas (resumidas bajo el acrónimo anglosajón VAK: visual, auditory, kinestetic). Precisamente, este último término hace referencia al aprendizaje en movimiento, ¡qué mejor manera de hacer ejercicio que aprender moviéndose!

Así que en nuestras clases bailamos las canciones, corremos buscando objetos por clase, saltamos a través de imágenes o conceptos extendidos por el suelo de la clase, intentamos tocar el techo (con lo que enseñamos up, high, big, tall, ceiling, roof…) o el suelo (down, low, little, short, floor…). En definitiva, hacemos tanto ejercicio diario ¡que hay días que nuestros teachers terminan agotados!

El segundo hábito es el de la alimentación. De nuevo, es transversal en todos nuestros cursos, desde los primeros años hasta la adolescencia, que los niños aprendan y se interesen por aquellas comidas más saludables. Por este motivo, desde el primer momento enseñamos una larga lista de frutas y verduras, y es práctica habitual introducir esos alimentos en las clases. ¡El día que hay que probar fruta de verdad suele ser de los más divertidos! Muchas veces los propios padres se sorprenden de que sus hijos hayan comido cosas que en sus casas no son capaces.

Y, por supuesto, en los cursos de edades elevadas tratamos estos temas discutiendo sobre qué es saludable y qué es junk food.

Pero la enseñanza de estos hábitos no se restringe a las clases. En las actividades extra que completan nuestra agenda la cocina tiene una importancia muy elevada, como por ejemplo nuestros talleres Super Chef. En definitiva, nos mueve algo más que el inglés, en especial la salud y el bienestar de los niños (y no tan niños).