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Let’s Play: Los beneficios de la música en el desarrollo infantil

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Todos hemos crecido escuchando música. De entre nuestros más remotos recuerdos, muchos son con probabilidad relacionados con las canciones que nos han cantado nuestros padres y abuelos, que hemos aprendido en el colegio o que hemos escuchado en televisión o en la radio. La música nos ha acompañado desde que éramos pequeños, y además, sin darnos cuenta, ha modelado nuestros pensamientos. Y, sin que lo sepamos, sigue ejerciendo un fuerte influjo en la forma en la que pensamos.

Existe numerosos estudios que dan fe de esta circunstancia. Por poner solo un ejemplo, la doctora Diane Bales, en su artículo “Building Baby’s Brain: The Role of Music”, asegura que, incluso en adultos, la escucha de música clásica parece mejorar el razonamiento espacial, al menos en el corto plazo. El hecho de que la música clásica posea melodías más complejas que otros tipos de músicas es esencial para que esto suceda, y además los circuitos neuronales que utilizamos cuando la escuchamos son los similares a los utilizados en este tipo de razonamiento.

En el caso de los niños esta influencia se acentúa. Siendo padres, es bastante fácil de comprobar que cantar a un bebé o pulsar play en nuestro reproductor de audio hace que los niños cambien su estado de ánimo de forma muy rápida. Puede ocurrir que no dure el efecto, pero sin duda podemos decir que “algo” sucede. Podemos citar múltiples beneficios de la música en el desarrollo infantil, entre los que destacamos los siguientes:

Estimula la inteligencia, la capacidad de razonamiento y la habilidad para resolver problemas lógicos o matemáticos.
Fortalece el aprendizaje y favorece la discriminación auditiva, tanto para el lenguaje musical como para cualquier otro tipo de sonidos.
Desarrolla la creatividad y la imaginación, estimulando especialmente el lóbulo derecho del cerebro, por lo que ayuda a cualquier tipo de actividad creativa, además de las capacidades sociales.
Al combinarse con el movimiento y la danza, estimula el equilibrio, el desarrollo muscular, el ritmo y la coordinación.
Facilita el aprendizaje del lenguaje, tanto de la lengua materna como de segundos y terceros idiomas en ambientes políglotas.

En Helen Doron English somos muy conscientes de todos estos beneficios, por lo que la música y las canciones son una parte esencial de nuestro método. La escucha diaria del CD es una parte nuclear del mismo, y su introducción en las clases las hace más divertidas e interactivas, además de conseguir que los niños aprendan mejor el significado de las palabras asociándolas a gestos y movimientos universales.

En el mismo artículo de la doctora Bales se citan varias áreas en las que podemos actuar para aprovechar al máximo los beneficios de la música en nuestros hijos. La primera de todas, por supuesto, es exponer a los más pequeños a la música, a todo tipo de música y de estilos. Cantar a nuestro bebé, y más tarde cantar con él, es la forma más eficiente de transmitirle nuestra lengua, de llenarles de ideas positivas y de reformar nuestros vínculos. Las canciones que se aprenden durante la niñez, no se olvidan nunca.

Por último, es muy recomendable comenzar clases de música a una edad temprana. Cada vez existen más cursos para niños pequeños, incluso bebés, en los que se les familiariza con toda clase de instrumentos y de melodías, aprenden a captar ritmos y a divertirse con ellos. La música, al ser un lenguaje universal, no necesita de una edad para comenzar, y sus beneficios se prolongan hasta la edad adulta.

Imagen: Musicfactory.

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Let’s Play: Los beneficios de la música en el desarrollo infantil

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Todos hemos crecido escuchando música. De entre nuestros más remotos recuerdos, muchos son con probabilidad relacionados con las canciones que nos han cantado nuestros padres y abuelos, que hemos aprendido en el colegio o que hemos escuchado en televisión o en la radio. La música nos ha acompañado desde que éramos pequeños, y además, sin darnos cuenta, ha modelado nuestros pensamientos. Y, sin que lo sepamos, sigue ejerciendo un fuerte influjo en la forma en la que pensamos.

Existe numerosos estudios que dan fe de esta circunstancia. Por poner solo un ejemplo, la doctora Diane Bales, en su artículo “Building Baby’s Brain: The Role of Music”, asegura que, incluso en adultos, la escucha de música clásica parece mejorar el razonamiento espacial, al menos en el corto plazo. El hecho de que la música clásica posea melodías más complejas que otros tipos de músicas es esencial para que esto suceda, y además los circuitos neuronales que utilizamos cuando la escuchamos son los similares a los utilizados en este tipo de razonamiento.

En el caso de los niños esta influencia se acentúa. Siendo padres, es bastante fácil de comprobar que cantar a un bebé o pulsar play en nuestro reproductor de audio hace que los niños cambien su estado de ánimo de forma muy rápida. Puede ocurrir que no dure el efecto, pero sin duda podemos decir que “algo” sucede. Podemos citar múltiples beneficios de la música en el desarrollo infantil, entre los que destacamos los siguientes:

Estimula la inteligencia, la capacidad de razonamiento y la habilidad para resolver problemas lógicos o matemáticos.
Fortalece el aprendizaje y favorece la discriminación auditiva, tanto para el lenguaje musical como para cualquier otro tipo de sonidos.
Desarrolla la creatividad y la imaginación, estimulando especialmente el lóbulo derecho del cerebro, por lo que ayuda a cualquier tipo de actividad creativa, además de las capacidades sociales.
Al combinarse con el movimiento y la danza, estimula el equilibrio, el desarrollo muscular, el ritmo y la coordinación.
Facilita el aprendizaje del lenguaje, tanto de la lengua materna como de segundos y terceros idiomas en ambientes políglotas.

En Helen Doron English somos muy conscientes de todos estos beneficios, por lo que la música y las canciones son una parte esencial de nuestro método. La escucha diaria del CD es una parte nuclear del mismo, y su introducción en las clases las hace más divertidas e interactivas, además de conseguir que los niños aprendan mejor el significado de las palabras asociándolas a gestos y movimientos universales.

En el mismo artículo de la doctora Bales se citan varias áreas en las que podemos actuar para aprovechar al máximo los beneficios de la música en nuestros hijos. La primera de todas, por supuesto, es exponer a los más pequeños a la música, a todo tipo de música y de estilos. Cantar a nuestro bebé, y más tarde cantar con él, es la forma más eficiente de transmitirle nuestra lengua, de llenarles de ideas positivas y de reformar nuestros vínculos. Las canciones que se aprenden durante la niñez, no se olvidan nunca.

Por último, es muy recomendable comenzar clases de música a una edad temprana. Cada vez existen más cursos para niños pequeños, incluso bebés, en los que se les familiariza con toda clase de instrumentos y de melodías, aprenden a captar ritmos y a divertirse con ellos. La música, al ser un lenguaje universal, no necesita de una edad para comenzar, y sus beneficios se prolongan hasta la edad adulta.

Imagen: Musicfactory.