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Manualidades de verano para niños de uno, dos y tres años

Cuando hablamos de manualidades para niños solemos pensar en aquellos que han cumplido una cierta edad y pueden realizar acciones como recortar, dibujar, colorear o pegar por sí solos. Sin embargo, los más pequeños también pueden disfrutar de su creatividad, siempre con un poco de ayuda por nuestra parte. No solo eso, sino que exponerles desde muy pequeños a estas actividades (manejar objetos pequeños, darles forma, unirlos y pegarlos, mezclar colores y colorear…) es una muy buena forma de favorecer su desarrollo, tanto a nivel psicomotor como en lo que se refiere a estimular su imaginación.  El periodo estival, en el que podemos pasar más tiempo libre con ellos, es sin duda un perfecto momento para iniciarles en este tipo de actividades. Por eso os presentamos algunas manualidades de verano para divertirnos en familia con los más peques de la casa.

1. Conchas de playa que se convierten en animales

Lo primero que os proponemos es ir con vuestros hijos a recoger conchas en la playa. Seguro que lo habéis hecho ya. Probablemente, podríamos pasarnos horas cogiendo y seleccionando esas preciosas conchitas que encontramos en la orilla, y a ellos les pasará lo mismo. Una vez en casa, se pueden pintar con témperas o algún otro tipo de colores. A los niños más pequeños les encantará experimentar las posibilidades de coger un pincel y ver cómo pueden dar color a un objeto, y a los que son un poco más grandes les puede resultar muy útil ser capaces de colorear con precisión. Una vez secas, podemos dibujar formas en un trozo de cartulina o de goma eva y recortarlas con tijeras y pegarlos, o colocarles hilos gruesos. Unos ojitos que compremos en una tienda de manualidades harán el resto. ¡Vuestros hijos se sentirán orgullisísimos de sus primeras creaciones!

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Fuente: El baúl de las ilusiones.

2. Deliciosos helados con papeles de colores

Qué duda cabe que los helados son probablemente el postre preferido de los más pequeños (¡y no solo de ellos!), y mucho más en verano. ¡Pues hacerlos con papeles de colores es lo más sencillo del mundo! Lo primero que tenemos que hacer es coger trozos de papel de las tonalidades más llamativas que encontremos y hacer bolas con ellos. Podemos usar tanto folios normales como otro tipo de material (cartulina, papel de seda…). Luego, deberemos coger papel kraft (o similar) y hacer unos pequeños canutos con ellos, cerrándolos con pegamento o cinta adhesiva transparente. Luego, poniendo las bolas una sobre otra y pegándolos con pegamento obtendremos nuestros deliciosos helados, que pueden ser de uno, dos, tres pisos… ¡o los que queramos!

Lo interesante de esta manualidad es que a los niños de entre uno y dos años les encantará hacer bolitas con el papel, se lo pasarán en grande y no querrán dejar de hacerlo, resultando en un ejercicio muy interesante para estimular sus pequeñas manos. Por otro lado, los más grandes encontrarán un verdadero reto en realizar el cono con precisión, sin dobleces y con una forma bonita.

Una vez hecho, podemos decorar sus habitaciones de forma muy colorida y veraniega.

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Fuente: Cuidado Infantil.

3. Peces de colores con plastilina y botones

Antiguamente era muy normal que las abuelas guardaran decenas o cientos (¡o miles!) de botones en tarros de cristal. Si todavía lo hacen, o si tenéis otros objetos similares como lentejuelas o cuentas para hacer collares y pulseras y crear unas bonitas esculturas de peces multicolores.

El primer paso es crear la forma del pez. Podemos utilizar materiales como plastilina, barro o pasta de sal. Es probable que a los más peques haya que ayudarles, tanto a hacer la forma como a poner las aletas, los ojitos y demás detalles. Una vez hecho esto, crearemos divertidas escamas poniendo los botones o lentejuelas, una a una, en el lomo de nuestro pececito. Otra opción puede es usar lentejas y garbanzos previamente pasados por témperas u otro tipo de pinturas.

De esta forma, los pequeños dedos de nuestros hijos desarrollarán la capacidad psicomotra fina de sus manos, lo cual es un óptimo ejercicio para el desarrollo cerebral.

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Fuente: El baúl de las ilusiones.

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Manualidades de verano para niños de uno, dos y tres años

Cuando hablamos de manualidades para niños solemos pensar en aquellos que han cumplido una cierta edad y pueden realizar acciones como recortar, dibujar, colorear o pegar por sí solos. Sin embargo, los más pequeños también pueden disfrutar de su creatividad, siempre con un poco de ayuda por nuestra parte. No solo eso, sino que exponerles desde muy pequeños a estas actividades (manejar objetos pequeños, darles forma, unirlos y pegarlos, mezclar colores y colorear…) es una muy buena forma de favorecer su desarrollo, tanto a nivel psicomotor como en lo que se refiere a estimular su imaginación.  El periodo estival, en el que podemos pasar más tiempo libre con ellos, es sin duda un perfecto momento para iniciarles en este tipo de actividades. Por eso os presentamos algunas manualidades de verano para divertirnos en familia con los más peques de la casa.

1. Conchas de playa que se convierten en animales

Lo primero que os proponemos es ir con vuestros hijos a recoger conchas en la playa. Seguro que lo habéis hecho ya. Probablemente, podríamos pasarnos horas cogiendo y seleccionando esas preciosas conchitas que encontramos en la orilla, y a ellos les pasará lo mismo. Una vez en casa, se pueden pintar con témperas o algún otro tipo de colores. A los niños más pequeños les encantará experimentar las posibilidades de coger un pincel y ver cómo pueden dar color a un objeto, y a los que son un poco más grandes les puede resultar muy útil ser capaces de colorear con precisión. Una vez secas, podemos dibujar formas en un trozo de cartulina o de goma eva y recortarlas con tijeras y pegarlos, o colocarles hilos gruesos. Unos ojitos que compremos en una tienda de manualidades harán el resto. ¡Vuestros hijos se sentirán orgullisísimos de sus primeras creaciones!

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Fuente: El baúl de las ilusiones.

2. Deliciosos helados con papeles de colores

Qué duda cabe que los helados son probablemente el postre preferido de los más pequeños (¡y no solo de ellos!), y mucho más en verano. ¡Pues hacerlos con papeles de colores es lo más sencillo del mundo! Lo primero que tenemos que hacer es coger trozos de papel de las tonalidades más llamativas que encontremos y hacer bolas con ellos. Podemos usar tanto folios normales como otro tipo de material (cartulina, papel de seda…). Luego, deberemos coger papel kraft (o similar) y hacer unos pequeños canutos con ellos, cerrándolos con pegamento o cinta adhesiva transparente. Luego, poniendo las bolas una sobre otra y pegándolos con pegamento obtendremos nuestros deliciosos helados, que pueden ser de uno, dos, tres pisos… ¡o los que queramos!

Lo interesante de esta manualidad es que a los niños de entre uno y dos años les encantará hacer bolitas con el papel, se lo pasarán en grande y no querrán dejar de hacerlo, resultando en un ejercicio muy interesante para estimular sus pequeñas manos. Por otro lado, los más grandes encontrarán un verdadero reto en realizar el cono con precisión, sin dobleces y con una forma bonita.

Una vez hecho, podemos decorar sus habitaciones de forma muy colorida y veraniega.

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Fuente: Cuidado Infantil.

3. Peces de colores con plastilina y botones

Antiguamente era muy normal que las abuelas guardaran decenas o cientos (¡o miles!) de botones en tarros de cristal. Si todavía lo hacen, o si tenéis otros objetos similares como lentejuelas o cuentas para hacer collares y pulseras y crear unas bonitas esculturas de peces multicolores.

El primer paso es crear la forma del pez. Podemos utilizar materiales como plastilina, barro o pasta de sal. Es probable que a los más peques haya que ayudarles, tanto a hacer la forma como a poner las aletas, los ojitos y demás detalles. Una vez hecho esto, crearemos divertidas escamas poniendo los botones o lentejuelas, una a una, en el lomo de nuestro pececito. Otra opción puede es usar lentejas y garbanzos previamente pasados por témperas u otro tipo de pinturas.

De esta forma, los pequeños dedos de nuestros hijos desarrollarán la capacidad psicomotra fina de sus manos, lo cual es un óptimo ejercicio para el desarrollo cerebral.

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Fuente: El baúl de las ilusiones.