Diez años creciendo con Marta y Marco en Helen Doron Aluche

Más de una década creciendo juntos: entrevista a Marta y Marco, directores y hermanos de Helen Doron Aluche, una academia que transforma el aprendizaje del inglés desde la infancia

Hace diez años, con ilusión, valentía y un profundo compromiso con la educación infantil, Helen Doron Aluche nació con un objetivo claro: ofrecer a los niños un espacio donde aprender inglés de forma natural, respetuosa y divertida. Hoy, entrevistamos a sus directores para conocer cómo ha sido este recorrido, qué aprendizajes les ha dejado y cuáles son los sueños que les impulsan hacia el futuro.

“Estos diez años han sido más que una aventura empresarial. Ha sido un viaje lleno de retos, la mayoría de ellos superados con éxito, y de los que al final lo que te queda es aprendizaje, crecimiento y las sonrisas de nuestros alumnos que son la razón por la hacemos todo lo que hacemos”

No solo hablan de éxitos profesionales, sino de un camino vital marcado por retos superados, aprendizajes constantes y, sobre todo, la felicidad de sus alumnos, auténtico motor de su labor diaria.

“Nos sentimos muy agradecidos a las familias que confían en nosotros año tras año, al equipo que ha puesto pasión y profesionalidad en cada paso, y a nuestros alumnos, que nos inspiran con su energía y curiosidad”, explican.

Pertenecer a un proyecto que va más allá de una academia

Formar parte de Helen Doron ha supuesto para ellos un continuo proceso de crecimiento personal y profesional. Reconocen que, aunque ha habido momentos de éxito, han sido los retos y las dificultades los que más les han enseñado.

“Sin duda, los sueños que más nos han hecho aprender han sido aquellos que no se cumplieron tan fácilmente. Los retos, los giros inesperados y las decisiones complejas…todo ellos nos han enseñado más de lo que imaginábamos. Nos han impulsado a ser más creativos, más resilientes y a confiar en nuestra capacidad para adaptarnos y seguir adelante”.  Además, destacan el valor de compartir experiencias con otros franquiciados, aprendiendo tanto de sus logros como de sus desafíos, lo que convierte a Helen Doron en una red educativa sólida, acompañada e inspiradora.

Un sueño hecho realidad: crear un espacio donde los niños aprenden inglés con alegría

Cuando iniciaron este proyecto en 2015, su gran aspiración era crear un espacio donde los niños aprendieran inglés de forma natural y motivadora. Hoy pueden afirmar con satisfacción que ese sueño se ha cumplido: han visto crecer a generaciones de alumnos que se expresan en inglés con soltura, confianza y disfrute.

Este recorrido ha convertido a la academia en un referente en Aluche (Madrid), donde las familias valoran no solo los resultados académicos, sino también la experiencia emocional y educativa que viven sus hijos.

La metodología Helen Doron: aprendizaje con corazón

Durante estos diez años creciendo junto con Marta y Marco en Helen Doron Aluche, lo que más les sigue enamorando de esta metodología es la capacidad de conectar con los niños. Más allá de enseñar un idioma, se centra en comprender cómo los pequeños sienten, piensan y descubren el mundo.

“Nos encanta ver cómo la metodología convierte el aprendizaje en una experiencia natural, alegre y llena de estímulos positivos. Cómo, a través del juego, la música, la repetición y el refuerzo positivo, los niños progresan sin presión, con confianza y respetando su ritmo. Para nosotros, lo más mágico es ver esa chispa en sus ojos cuando entienden, participan o hablan en inglés con naturalidad. Esa emoción es nuestro motor diario”, aseguran.

Verlos crecer: un privilegio incomparable

Acompañar a los alumnos desde sus primeros pasos en el idioma hasta pasada la adolescencia es, según ellos, una de las experiencias más gratificantes de estos diez años: “Cada pequeño avance: sus primeras palabras en inglés, la primera vez que se atreven a hablar en clase, ese momento en el que entienden una canción entera o participan sin miedo, se ha convertido para nosotros en auténtico motivo de celebración. Y cuando pasan los años y los vemos regresar siendo más maduros, más curiosos y expresándose en inglés con naturalidad, sentimos una mezcla de orgullo y emoción difícil de explicar.”

Esa conexión personal les ha hecho más empáticos y conscientes del impacto que su labor tiene en la vida de cada niño.

La motivación que nace de la vocación

Mantener la ilusión a diario no siempre es sencillo, pero encuentran su mayor impulso en la magia que ocurre en el aula: “Esa risa espontánea, esa mirada de sorpresa cuando entienden algo nuevo, ese avance que parecía imposible y de repente sucede. Cada uno de esos momentos nos recarga de energía y nos recuerda que nuestro trabajo tiene un impacto real en la vida de los niños”, aseguran.

También destacan el papel fundamental de las familias y del equipo docente. El vínculo con los padres, basado en la confianza mutua, y el trabajo colaborativo entre profesionales convierten incluso los días difíciles en oportunidades para crecer.

Profesores y familias: pilares de Helen Doron

A lo largo de estos años, han aprendido del equipo docente el valor del compromiso auténtico, la creatividad y la capacidad de transformar cada clase en un espacio lleno de vida. De las familias, la importancia de la confianza, la escucha y la colaboración.

“Este camino se construye en comunidad”, afirman, subrayando que sin profesores y familias este proyecto no sería posible.

Más que una metodología: una experiencia

Lo que realmente diferencia a Helen Doron es la experiencia emocional que rodea el aprendizaje. Aquí no solo se enseña inglés: se crean vínculos, se potencia la autoestima, se celebran los logros y se acompaña a cada niño en su desarrollo integral.

Los alumnos se sienten escuchados y valorados, lo que transforma el aprendizaje en una vivencia significativa y duradera.

Mirando al futuro con ilusión renovada

De cara a los próximos años, Marta y Marco sueñan con seguir creciendo, llegar a más familias, innovar en las aulas y continuar siendo un referente educativo. Desean consolidar un equipo fuerte, fortalecer la relación con las familias y mantener viva la esencia de Helen Doron, adaptándose a los nuevos tiempos.

“El mayor aprendizaje de esta década es que cuando se trabaja con corazón, propósito y en comunidad, el futuro puede ser aún mejor que el pasado”, concluyen con entusiasmo.

Después de 10 años, Helen Doron Aluche no solo celebra su trayectoria, sino el impacto positivo que ha dejado en cientos de niños y familias. Y lo hace con la misma ilusión que el primer día, preparada para seguir escribiendo nuevas historias de aprendizaje y crecimiento.