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El refuerzo positivo, elemento clave en el aprendizaje natural del lenguaje

Refuerzo positivo

Fantastic! Brilliant! Very good! Well done! You’re doing great! Si tus hijos acuden semanalmente a nuestras clases de Helen Doron English, es posible que hayas escuchado estas y otras expresiones multitud de veces. Es lo que denominamos como refuerzo positivo, una técnica que no solo ayuda a motivar a nuestros estudiantes, sino que crea el ambiente adecuado para que aprendan inglés con mayor eficiencia y naturalidad.

El refuerzo positivo no solo se circunscribe al aprendizaje de una lengua. Podemos utilizarlo en multitud de ocasiones, en el aula y en nuestra vida cotidiana, y posee un efecto realmente potente. ¿Te interesa? Aquí tienes más datos sobre este tema.

Cómo aprenden a hablar los bebés

Muy pocos de nosotros nos preguntamos cómo es posible que un bebé aprenda a hablar su lengua madre de forma tan perfecta sin tener que estudiarla. Tenemos muy asumido que, desde que nacemos, poseemos  la capacidad de entender y expresarnos en cualquiera de los idiomas en los que nos encontremos. Desde los primeros meses de vida, los bebés comienzan a balbucear, produciendo todos los sonidos posibles con su boca, lengua, labios y demás órganos encargados de producir el lenguaje oral. Sin embargo, la lengua (o lenguas) que aprenderá finalmente es la que le rodea (o las que le rodea, si vive en un ambiente bilingüe). La diferencia la marcan dos factores: el primero es, por supuesto, el ambiente, los sonidos que escucha desde que nace. Pero existe otro elemento diferenciador.

¿Recuerdas la primera vez que tu bebé dijo una palabra? Probablemente fuera mamá, o papá, o el nombre de algún miembro de la familia. Es posible que fuera un sonido, quizá solo ligeramente parecido a esa palabra. Aún así, la reacción normal de todos los padres y madres del mundo es sentirse espontáneamente tan felices, que le dicen cosas bonitas, le abrazan y le dan besos. Esto produce un efecto en el cerebro del bebé. Es posible que no entienda específicamente qué ha hecho para producir esa reacción de alegría en sus padres, pero sabe que algo ha hecho bien, y algo importante. Esto, repetido una y otra vez, va haciendo que vaya repitiendo ciertos sonidos, animándole a repetirlo cada vez con más frecuencia.

Usando el refuerzo positivo en nuestras clases

En Helen Doron English pensamos que es mucho mejor reforzar a nuestros alumnos con refuerzos positivos que negativos. Creemos que los castigos, la presión, la tensión de una obligación puede resultar contraproducente, no solo con el aprendizaje de un idioma, sino también, y especialmente, en la autoestima de los niños. Para nosotros es fundamental que nuestros alumnos acudan al aula motivados, felices, contentos por el tiempo que van a pasar jugando y realizando actividades interesantes con sus compañeros de clase y su teacher.

Cuando un alumno está motivado, su actitud hacia la clase va a ser proactiva. Tendrá confianza en sus posibilidades y querrá participar con asiduidad. Si, además, entiende que el error no supone un problema, entenderá que le corrija el profesor es algo normal y natural, que no supone un punto negativo o un problema que contar a sus padres. De esta manera, tanto si un alumno acierta como si se equivoca, el profesor seguirá contando con su participación y le invitará a volver a intentarlo cuando esté listo para ello.

Además de esta actitud hacia el error, nuestros Teachers reciben como parte de su formación todo un entrenamiento en refuerzo positivo. Saber cuándo aplaudir y felicitar a un alumno, o a toda la clase, es uno de los ingredientes fundamentales de nuestra metodología, que crea el ambiente adecuado para el aprendizaje.

Algunos límites al refuerzo positivo

Sin embargo, el refuerzo positivo también tiene sus limitaciones. Crear un ambiente de positividad, reforzar con estímulos positivos a nuestros alumnos no significa felicitarles por todo lo que hacen. En este sentido, es necesario tener en cuenta pequeñas reglas que seguir.

Es importante entender que el refuerzo positivo debe ir más hacia la conducta, la actitud, el proceso, y no a la persona. No debemos felicitar a un niño por ser como es, ni que reciba el mensaje de que, haga lo que haga, el profesor le va a dar la razón en todo momento. También se puede reforzar positivamente en el momento de una corrección, aunque su respuesta haya sido errónea, puesto que lo más importante es la actitud hacia la clase.

Este refuerzo positivo se recibe siempre en forma de elogio, o en una expresión de cariño. En Helen Doron English no damos premios por un trabajo bien hecho, sino que felicitamos a nuestros alumnos por haber participado, por haberlo intentado, independientemente del resultado obtenido. De este modo, el mensaje que les llega es que pueden volver a participar, sin miedo a equivocarse.

Tampoco felicitamos por un resultado brillante. Por un lado, esto puede hacer que los alumnos se comparen con el resto de la clase, tanto para bien como para mal, y eso puede llevar a una falta de motivación en aquellos menos avanzados o que tengan más dificultades. Y por otro, puede ser contraproducente si los niños reciben el mensaje de que hay que hacer las cosas perfectas, con todas las dificultades que puede acarrear fomentar el perfeccionismo a temprana edad.

Para terminar, lo más importante es que este refuerzo ayude a que los alumnos aprenda, disfruten, aumenten su autoestima y su capacidad de desarrollarse como personas y, sobre todo, que sean felices. Para nosotros es, sin duda, lo más importante.

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El refuerzo positivo, elemento clave en el aprendizaje natural del lenguaje

Refuerzo positivo

Fantastic! Brilliant! Very good! Well done! You’re doing great! Si tus hijos acuden semanalmente a nuestras clases de Helen Doron English, es posible que hayas escuchado estas y otras expresiones multitud de veces. Es lo que denominamos como refuerzo positivo, una técnica que no solo ayuda a motivar a nuestros estudiantes, sino que crea el ambiente adecuado para que aprendan inglés con mayor eficiencia y naturalidad.

El refuerzo positivo no solo se circunscribe al aprendizaje de una lengua. Podemos utilizarlo en multitud de ocasiones, en el aula y en nuestra vida cotidiana, y posee un efecto realmente potente. ¿Te interesa? Aquí tienes más datos sobre este tema.

Cómo aprenden a hablar los bebés

Muy pocos de nosotros nos preguntamos cómo es posible que un bebé aprenda a hablar su lengua madre de forma tan perfecta sin tener que estudiarla. Tenemos muy asumido que, desde que nacemos, poseemos  la capacidad de entender y expresarnos en cualquiera de los idiomas en los que nos encontremos. Desde los primeros meses de vida, los bebés comienzan a balbucear, produciendo todos los sonidos posibles con su boca, lengua, labios y demás órganos encargados de producir el lenguaje oral. Sin embargo, la lengua (o lenguas) que aprenderá finalmente es la que le rodea (o las que le rodea, si vive en un ambiente bilingüe). La diferencia la marcan dos factores: el primero es, por supuesto, el ambiente, los sonidos que escucha desde que nace. Pero existe otro elemento diferenciador.

¿Recuerdas la primera vez que tu bebé dijo una palabra? Probablemente fuera mamá, o papá, o el nombre de algún miembro de la familia. Es posible que fuera un sonido, quizá solo ligeramente parecido a esa palabra. Aún así, la reacción normal de todos los padres y madres del mundo es sentirse espontáneamente tan felices, que le dicen cosas bonitas, le abrazan y le dan besos. Esto produce un efecto en el cerebro del bebé. Es posible que no entienda específicamente qué ha hecho para producir esa reacción de alegría en sus padres, pero sabe que algo ha hecho bien, y algo importante. Esto, repetido una y otra vez, va haciendo que vaya repitiendo ciertos sonidos, animándole a repetirlo cada vez con más frecuencia.

Usando el refuerzo positivo en nuestras clases

En Helen Doron English pensamos que es mucho mejor reforzar a nuestros alumnos con refuerzos positivos que negativos. Creemos que los castigos, la presión, la tensión de una obligación puede resultar contraproducente, no solo con el aprendizaje de un idioma, sino también, y especialmente, en la autoestima de los niños. Para nosotros es fundamental que nuestros alumnos acudan al aula motivados, felices, contentos por el tiempo que van a pasar jugando y realizando actividades interesantes con sus compañeros de clase y su teacher.

Cuando un alumno está motivado, su actitud hacia la clase va a ser proactiva. Tendrá confianza en sus posibilidades y querrá participar con asiduidad. Si, además, entiende que el error no supone un problema, entenderá que le corrija el profesor es algo normal y natural, que no supone un punto negativo o un problema que contar a sus padres. De esta manera, tanto si un alumno acierta como si se equivoca, el profesor seguirá contando con su participación y le invitará a volver a intentarlo cuando esté listo para ello.

Además de esta actitud hacia el error, nuestros Teachers reciben como parte de su formación todo un entrenamiento en refuerzo positivo. Saber cuándo aplaudir y felicitar a un alumno, o a toda la clase, es uno de los ingredientes fundamentales de nuestra metodología, que crea el ambiente adecuado para el aprendizaje.

Algunos límites al refuerzo positivo

Sin embargo, el refuerzo positivo también tiene sus limitaciones. Crear un ambiente de positividad, reforzar con estímulos positivos a nuestros alumnos no significa felicitarles por todo lo que hacen. En este sentido, es necesario tener en cuenta pequeñas reglas que seguir.

Es importante entender que el refuerzo positivo debe ir más hacia la conducta, la actitud, el proceso, y no a la persona. No debemos felicitar a un niño por ser como es, ni que reciba el mensaje de que, haga lo que haga, el profesor le va a dar la razón en todo momento. También se puede reforzar positivamente en el momento de una corrección, aunque su respuesta haya sido errónea, puesto que lo más importante es la actitud hacia la clase.

Este refuerzo positivo se recibe siempre en forma de elogio, o en una expresión de cariño. En Helen Doron English no damos premios por un trabajo bien hecho, sino que felicitamos a nuestros alumnos por haber participado, por haberlo intentado, independientemente del resultado obtenido. De este modo, el mensaje que les llega es que pueden volver a participar, sin miedo a equivocarse.

Tampoco felicitamos por un resultado brillante. Por un lado, esto puede hacer que los alumnos se comparen con el resto de la clase, tanto para bien como para mal, y eso puede llevar a una falta de motivación en aquellos menos avanzados o que tengan más dificultades. Y por otro, puede ser contraproducente si los niños reciben el mensaje de que hay que hacer las cosas perfectas, con todas las dificultades que puede acarrear fomentar el perfeccionismo a temprana edad.

Para terminar, lo más importante es que este refuerzo ayude a que los alumnos aprenda, disfruten, aumenten su autoestima y su capacidad de desarrollarse como personas y, sobre todo, que sean felices. Para nosotros es, sin duda, lo más importante.